El Instituto Nacional Belgraniano presenta la reimpresión de las producciones escritas de Manuel Belgrano de índole económica, resultando en una obra compilatoria que se integra con la “Autobiografía” del prócer, con las Memorias que Belgrano preparó y leyó como Secretario Perpetuo del Consulado de Buenos Aires al iniciarse cada período de sesiones (desde 1794 hasta 1809) y con la edición facsimilar del periódico Correo de Comercio de Buenos Aires (entre 1810 y 1811). A todo ese corpus documental se agrega el poco difundido texto del “Plan para conocer la Provincia” (1794), que reflejaba las tareas que debía acometer el susodicho Secretario, una vez posesionado de su cargo en el Consulado.
Esta tarea de compilación documental pretende ser superadora de publicaciones anteriores, las cuales reunieron los “escritos económicos” de Manuel Belgrano de modo parcial, fragmentario e incompleto; dando lugar a omisiones y repetidas confusiones en las citas y referencias bibliográficas, incluso por renombrados autores. Para zanjar la cuestión, que advirtieron con acierto la Lic. Diana Alvarez, Secretaria Administrativa de la institución y el equipo de investigadores conformado por la Dra. Norma Ledesma y el Lic. Prof. Matías Dib, propicié concretar esta auspiciosa iniciativa belgraniana.
Todos los documentos en cuestión se transcriben precedidos por una introducción explicativa de su contexto, contenido y significación, que hube de encomendarle a nuestro investigador Matías Dib. La obra que hoy editamos busca ser además una respuesta a la necesidad de estudiosos e investigadores en profundizar aspectos de la etapa fundacional de nuestra historia argentina y americana, a través de la figura del que ha sido calificado el primer economista del país.
El objetivo final de esta publicación se emparenta con aquello que bien expresara José Mariluz Urquijo en su artículo sobre Belgrano Civil: “sería inútil pretender hallar entre los escritos de Belgrano una exposición pormenorizada de su ideario político y económico. Pero si reunimos los cabos sueltos, si coordinamos las ideas y aspiraciones que centellean en su epistolario, en las memorias presentadas al Consulado, en sus artículos periodísticos y en su autobiografía encontramos un macizo cuerpo de doctrina dotado de admirable continuidad y coherencia”.